A eso de las 6 de la tarde estaba yo camino a casa cuando me llegó un correo electrónico de mi directora del coro, confirmándome una misa para el día viernes 30 de diciembre, una boda, los novios han pedido especialmente que al terminar la misa en lugar de la tradicional marcha nupcial, nos arranquemos cantando “Hasta mi final” de Il Divo, adjunta la pista en mp3 y a orejearla porque no tenemos partitura.
“Hoy te prometo amor eterno, ser para siempre tuyo en el bien y en el mal, hoy te demuestro cuanto te quiero amándote hasta mi final…”
Es exactamente lo que dice el coro, alguna vez la había ya escuchado con anterioridad pero nunca poniendo expresa atención a la letra como ahora, aún la escucho y se me pone la carne de gallina, mira que atreverse a prometer amor eterno. Cada sábado algo así como cuatro misas en casi todas las iglesias, de ellas casi la mitad bodas, cada sábado miles y miles de promesas de amor eterno, algunas de ellas serán rotas en algunos meses o años (y no estoy hablando precisamente de divorcios, uno puede dejar de amar a una persona y seguir casado con ella toda la vida), algunos otros (ciertamente los menos) serán los que logren cumplir su promesa y tendrán una vida llena de diferencias, pleitos, noches de espalda con espalda, pero también una vida llena de cariño, de mimos, de hombro con hombro, de noches acurrucadas, de besos antes de dormir y de café al despertar; y aunque las estadísticas no son muy optimistas al respecto, yo creo que gran parte de esa eternidad se decide ese día a los pies de Cristo (o del juez, o de quien sea que cobije su religión) que ambos deciden hacerse una promesa amor, bien dicen que un hombre vale lo que vale su palabra, y supongo que si cuando menos los dos están convencidos y deseosos de cumplir lo que prometen es un buen comienzo.
Si, lo acepto: mujer trabajadora, de pleno siglo XXI y que no le agrada que le paguen el camión, anhela el día en que con todo conocimiento de causa pueda plantarse en un altar frente al hombre que ama y hacer una promesa que pienso cumplir… ¿Cursi? SI Y MUCHO, y aunque el matrimonio no sea algo que figure muy próximo en mi existencia prometo prometer menos y cumplir más.
Por el momento yo no puedo prometerle amor eterno, yo sólo sé que hoy soy una mujer enamorada que quisiera poder figurar en su futuro, que quiero que él figure en mi presente, no sé si es el amor de mi vida, es más no sé ni siquiera con certeza si él quiere serlo, en realidad la única promesa que tengo es la de despertar mañana…
Pd: Dice Ismael Serrano que el amor es eterno mientras dura, ojalá haya eternidades de toda una vida.