miércoles

Hace seis meses...

... de las ultimas letras que derramé en este blog, en realidad creo que nunca había pasado tanto tiempo sin escribir una sola línea, pero lo verdaderamente asombroso no es eso, lo que me resulta sumamente curioso es como en un parpadeo de 180 días, mi vida pudo dar un giro de 180 grados.

Oficialmente soy un año mas vieja, tengo un trabajo nuevo que es todo un reto (en todos los aspectos), dejé por completo la música y tengo a mi lado a un hombre que todos los días me hace inmensamente feliz... Así es mi querido lector imaginario si a alguien hay que culpar de mis prolongadas ausencias es a ese hombre que hoy camina de mi mano, a ese hombre que fue el dueño de mis ultimas lagrimas y hoy es causante de mis mejores sonrisas porque como una vez escuché decir al maestro Sabines "la gente feliz no escribe " y a mi me costó muchas letras dejar de escribir...

Vuelvo la mirada seis meses atrás y a veces todavía siento el hueco en la panza de aquel ultimo post, a veces aún me da miedo perderlo, a veces aún me asusta que tanta felicidad sea pasajera, a veces aún no creo caerle tan bien al destino, ... Sin embargo solo basta su voz, o simplemente escucharlo respirar para saber que me merezco esa felicidad que yo pensé que solo existía en las películas, para saber que es justo que duerma en mi cama (cuando se puede) y no en la de alguien más, para respirar, sonreír y agradecerle a la vida esta tregua que me está dando.


"...si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado...."

Francisco L. Bernárdez

domingo

Lamentablemente


... no nací en cuna de oro, desde pequeña mis señores padres me enseñaron que hay cosas que sencillamente no puedes tener, como aquel microhornito cuya llegada sigo esperando después de  casi dieciocho años. Debo reconocer que me tomó cantidades estratosféricas de berrinches (por ende de nalgadas) entender que no basta con querer las cosas, que hay varios escenarios probables: “las quieres y puedes tenerlas”, “las quieres y debes merecerlas” y el más dramático de todos “las quieres, las mereces, pero con la pena, no puedes tenerlas”.

Hasta hace unos días me jactaba de haber aprendido esto (a la mala, por aquello de las nalgadas) y recibir con humildad lo que la vida (o mi sueldo) me permitían tener, y dejar pasar (algunas veces con mayor pesar que otras) lo que la vida (o mi sueldo) decidían que no era para mí; sin embargo hoy me descubro como una farsante, porque no acepto que no puedas estar a mi lado, no acepto que me digas que estás enamorado de mi y no pueda ser tu voz lo último que escuche antes de dormir,  no acepto que tengamos que conformarnos con ese “si te hubiera conocido antes”, no acepto la idea de que los planes se llenen de recuerdos; no acepto que aparecieras si no ibas a quedarte, con tu “lo mejor de dos mundos”, con tu mueca que nunca es completamente una sonrisa, con tu mirada triste, con tu voz cantante, con tus manos que embonaban perfectamente con las mías, con tus “te quiero” que siempre suenan a canción, con tus besos que siempre saben a promesa…

No acepto que no vayas a estar para mi ni mañana, ni pasado,  probablemente no estés nunca, no acepto que no llegaras a ser el próximo amor de mi vida, no acepto que no vayamos a bailar juntos “como dicen”, no lo acepto y sin embargo me resigno, no porque tenga claro que hay cosas que sencillamente uno no puede tener, no porque crea que no merezco tenerte haciéndome feliz todos los días… me resigno porque tú lo decidiste y esta vez mi “te quiero” más honesto, más profundo, más sonado, es sentarme a esperar a que esta vida pase y que con un poco de suerte en otra te encuentre a tiempo…

PD:

La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve

no me sirve tan mansa
la esperanza

la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve

no me sirve tan sabia
tanta rabia

el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve

no me sirve tan bueno
tanto trueno

el coraje tan docil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve

no me sirve tan fría
la osadía

si me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazon alerta
si me sirve

me sirve cuando avanza
la confianza

me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
si me sirve

me sirve la medida
de tu vida

me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve

me sirve tu batalla
sin medalla

me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
si me sirve

me sirve tu sendero
compañero.


Mario Benedetti

jueves

Comunicado...

Si algo he aprendido los últimos días es que todo aquel con acceso a un dispositivo con internet es ahora una figura publica, esto atendiendo al hecho de que más gente de la que me hubiese atrevido a pensar está muy al pendiente de lo que es este espacio se escribe, por lo tanto al igual que la gente famosa que sale en televisión yo hago de este mi muy personal cibercomunicado para hacer de su conocimiento que NO TODO LO QUE SE ESCRIBE EN ESTE BLOG SUCEDE LITERALMENTE, lamento tener que informarles que mi vida es por mucho más simple y aburrida de lo que este espacio pudiera aparentar, soy un intento de escribidora, muy malo, pero al fin intento, por lo que todas las historias aquí contadas tienen un tinte de poesía y bastante de ficción, es una pena que de pronto exista tan poco criterio como para no entender que no todo lo que se publica en Internet es real, sin embargo acepto las consecuencias de haber comenzado a compartir PARTE de mi vida contigo querido lector imaginario y pienso seguir acariciando espaldas distintas cada semana, rompiendo corazones cada que doblo en una esquina, enamorándome cada tercer día de un hombre distinto, porque esto es un blog, no mi diario, mi vida me la guardo para mi y para ese próximo amor de mi vida que está por llegar.


PD: mañana parto a Saturno...

sábado

Tienes...

...ese aroma particular que despiden los hombres de la vida de las mujeres como yo, despides esa incertidumbre que Aterra a las mujeres como yo, tienes esos ojos que enamoran a las mujeres como yo... Y también puedes tener la certeza de lo mucho que te quiere esta mujer que soy yo...

A quién debo ir a reclamarle el hecho de que pases las noches en una cama que no es la mía? Con quién tengo que ir a quejarme enérgicamente por haberte hecho aparecer en mi vida a destiempo? Quién va a pagarme las horas de insomnio por saberte ajeno? ... Supongo que es al mismo ser al que debo agradecerle el paso de tu vida por la mía, con el que estoy en deuda eterna por dejarme probar tus besos, tus caricias...tus sueños... Intuyo que es ese ser en quien debo depositar la esperanza de lo que sea que esté por venir, la fe en que lo que suceda será lo mejor, y mis ganas de hacerte inmensamente feliz...

(Destino: si tu eres ese ser, solo recuerda que me la debes... Y él parece una gran forma de que saldemos esa deuda pendiente...)

jueves

Novilunio


Mis labios dormidos en tu cuello,
Tus muslos encarnados en mis piernas
Y enredados como plantas en mi cuerpo.
Te recuerda la Luna,
El cielo estrellado y roto y ajeno,
La ventana con sus vidrios rotos
Me hace recordar aquella noche
En que salió el Sol a las veintitrés y cincuenta
En que nos amamos dormidos.
Mi sangre vertida en vasos
Para calmar tu sed de antes de morir

Una voz en el cielo dice
Que no necesitamos nada para comenzar de cero;

Te extraño,
Te recuerdo bajo mi carne, en mis letras,
En las palabras que no te escribo.
Y que no importa si no las lees.

Te recuerdo en partes y poco a poco
Hoy tocó recordarte el cuello, los muslos, la cara;
Talvez te recuerde a la medianoche
O en la Luna nueva que me hace olvidarte.

Nuestra alfombra...


A esta hora debe estar llegando de las clases de francés, supongo que no tardará en darse cuenta de mi ausencia y no tengo muy claro como va a reaccionar, si algo puedo agradecer en este momento es no tener que estar ahí para verlo. Probablemente los mejores recuerdos que tendré de Regina serán esas noches de incienso de sándalo tirados en la alfombra, solía divertirse tanto contándome las historias de una infancia llena de pasteles, globos con agua y lodo, y cantándome en un francés mal hecho  hasta que sus risas dieran paso a un pequeño ruido que no alcanzaba a ser un ronquido pero delataba su partida a un mundo de sueños, lucía tan linda abrazada a mi cuerpo y yo... yo era tan feliz. Probablemente el único recuerdo que pueda competir con aquél es el de los paseos por el parque, siempre se veía tan hermosa pero en especial cuando se enfundaba en aquél vestido de grandes tulipanes amarillos y se ponía los taconcitos blancos, caminábamos siempre al mismo ritmo, parecíamos estar sincronizados; Regina siempre se dirigía al mismo columpio, dejaba los zapatos a un lado y con un poco de esfuerzo lograba meterse en aquél armazón diseñado para un trasero mucho más pequeño, yo me sentaba a unos veinte metros de ella a verla reír cada vez mas fuerte a medida que la velocidad del juego aumentaba. La última vez que paseamos juntos por el parque apareció “él”, se sentó en el columpio de a lado,  tuvieron una corta conversación y ella dibujo algo en su mano, “un viejo amigo” fue todo lo que dijo, nos fuimos, ella sonriendo yo desorientado. Después de eso no volvimos a ir al parque juntos, empezó a llegar excesivamente tarde del francés y muy cansada para cantarme o algo así, definitivamente había pasado algo entre nosotros, pero ayer todo quedó para mi bastante claro cuando los encontré haciendo el amor en nuestra alfombra, sin embargo lo entendí,  como competir con eso cuando yo sólo soy un  golden retriever y él es un hombre de verdad.

domingo

Memoria del dolor...


La semana pasada, en uno de eso tremendos ataques de ocio que dan pie al zapping nocturno me instalé en un programa de esos de mujeres con grandes panzas, partos, doctores y bebés. En medio de gritos y mucha sangre, un ginecólogo comenzó a hablar de la memoria del dolor en las mujeres; explicaba que la parte del cerebro femenino donde se registra el dolor está diseñada para olvidar de forma automática los episodios dolorosos muy profundos, esto como una artimaña de la madre naturaleza para lograr la perpetuidad de la especie, porque obviamente si tuviéramos conciencia plena y constante del dolor de parto ¡NADIE en su sano juicio tendría más de un hijo!... Entonces lo entendí todo: ¡a huevo! Por eso me sigo enamorando. Claro, alguna explicación lógica debía haber para el hecho de que a pesar de que me rompen el corazón, me duele, sufro, lloro, berreo, y vivo en drama digno de Doña Libertad Lamarque, yo siguiera teniendo ganas de darle mi órgano amoroso (no, no estoy hablando de mi vagina mi querido lector imaginario de mente cochambrosa) a un hombre, creyendo que será el amor de mi vida y que por fin voy a tener mi final feliz. Atendiendo a la lógica y a mis pruebas ensayo/error lo más sensato sería que ya hubiese subido la guardia y dijera como bien dice aquél sabio filosofo de Ciudad Juárez “no me vuelvo a enamorar”, y sin embargo aquí sigo, con esperanza, fe o estupidez crónica (como guste llamarlo visto desde afuera parece ser lo mismo) esperando a que aparezca ese hombre que me robe el aliento, que me deje callada con buenos argumentos, que me haga sentir segura, al que admire, y que a diferencia de los anteriores, esté dispuesto a quererme y a cuidarme a mí y a todos mis órganos amorosos (si, esta vez sí estoy incluyendo a mi vagina).
Sí, tengo miedo, si aún quedan grandes secuelas de la última fractura cardiaca, si aún me duele el futuro que no voy a tener a su lado, y sin embargo el pensar que esa parte de mi cerebro que al día de hoy aún tiene bastante fresco este último dolor lo va a ir olvidando de a poco, me resulta bastante reparador; que me voy a seguir cayendo pero que la magia de mi química cerebral me va a permitir seguirlo intentando, hasta ese día en qué el único dolor que mi cerebro tenga que olvidar sea el de mi primer parto.

miércoles

Hoy caí en cuenta...

...que tiene más de un mes que mi bonita historia de amor (como generalmente pasa con las bonitas historias de amor) valió madres, pero lo verdaderamente preocupante de todo esto es que recapitulando todo este asunto, la drama queen no ha soltado ni una sola lágrima… momento, no aplaudan que aún no termino.

A lo largo de mi vida he tenido un par de significativos fracasos sentimentales, llenos de drama, de gritos y sombrerazos, de días sin comer, de noches de insomnio y todas esas cosas que ustedes ya saben porque seguramente ya los vieron en alguna comedia romántica, lamentablemente en mis historias las cosas casi nunca terminan tan bien como en Hollywood (películas de referencia: “el descanso” y “todo sucede en Elizabethtown”). A estas alturas está de más entrar en detalles, todo se resume a chico guapo, inteligente, encantador, y crash! mi corazón todo estrellado, muchas dudas en el aire, y castillos de arena desbaratados, que en teoría debía ser precedido por todo el doloroso ritual de “separación”, y es en esta parte donde aparece mi sobresalto, cuando el ritual no está siguiendo su habitual curso.

Dice Sabines que: “los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben.” y de pronto me sorprendo viviendo al día, con las ilusiones extraviadas o tal vez un poco muertas, sin lágrimas para llorar porque en realidad ya no queda nada a que llorarle, con ese saborcito a nada entre los labios (sinsabores les dicen). Durante todos mis ensayos previos recuerdo haber visto mi corazoncito roto, pero también me recuerdo recogiendo los pedacitos e intentando que quedará la forma original, me recuerdo con la fe metida en los ojos, con la esperanza de que la próxima vez sería mejor, pero hoy sentada frente al monitor de mi computadora en la oficina que no me interesa levantar los pedazos, que no sé si quiero que haya una próxima vez.

Tal vez la diferencia en todo esto radique en que ahora no solo hay un corazón roto, también hay una fe bastante despotillada e ilusiones descompuestas y no sé por dónde empezar a repararme.

domingo

El post obligado de inicio/fin de año...


El 2011 lo comencé en un trabajo que verdaderamente odiaba, totalmente desencantada del amor y con muchas dudas, me pintaba un año verdaderamente lleno de incertidumbre; a lo largo de estos 12 meses las cosas se fueron componiendo, cambié de trabajo a uno por mucho mejor y que en verdad disfruto, me enamoré de un hombre maravilloso lleno de contrastes que me dejó montones de lecciones de vida, perdí a una de mis mejores amigas, encontré a otra de mis mejores amigas, tuve mi primer accidente automovilístico y luego me robaron el carro, después de 10 años decidí que era tiempo de darle un receso a la música, cumplí 24 años, fui célibe todo el año, me reí mucho, lloré un chingo, perdí muchos billetes de $200.00, aprendí que es mala idea guardar los billetes en la bolsa trasera del pantalón, inicié muchos proyectos, solo terminé 2, descubrí que cuando trabajas de verdad lees menos, me volví adicta a twitter y a los zapatos, compré muchos libros, aún tengo 2 pendientes, regalé mi corazón en el cuello de una oveja, llegaron a mi muchas vaquitas de peluche, me enfermé, gracias a Dios me curé, deje de hacerle fuchi a la música de banda, rompí un corazón (en esto perdí un amigo), me rompieron el corazón, más resignada que convencida tuve que dejar ir al hombre maravilloso lleno de contrastes, me tomé muchas fotos y me compré una pijama de vaca nueva.

Este año me dejó momentos y personas que no cambiaría por nada del mundo, me perdí y me encontré varias veces en el camino, y definitivamente no puedo decir que fue un año malo, pero hoy aquí, parada sobre este primero de enero no puedo negar el alivio que me origina el ver una nueva cifra en el calendario, el pensar todas las posibilidades que me está dando Dios al dejarme arrancar una vez más esa hoja con el 31 que da paso a la del 1, no puedo negar que tengo todas mis ilusiones puestas en que este año voy a sonreír más, a bailar más, a sentir más, a amar más, a enloquecer más seguido, a disfrutar más a los que tengo cerca, a intentar acercarme más a los que tengo lejos, y que voy a seguir siendo esa mujercita que se sube a sus tacones y se siente princesa, que camina despacio bajo la lluvia, eterna enamorada de la poesía de Benedetti y las gerberas, que llora en el cine y que solo se come los panditas rojos y amarillos, que lee el final de los libros antes de empezarlos, que le teme a los puentes peatonales y que nunca deja de soñar despierta.

Estimado señor 2012: su llegada me resulta emocionante y esperanzadora, y como a mí los Reyes Magos ya no me traen nada quería ver si mis peticiones se las puedo hacer a usted; ojalá me regale un poco más de malicia (solo la necesaria, la que me hace falta); le agradecería me ayudará con aquella dificultad mía para decir que no y ojalá me regale 2 sobrecitos más de madurez (el 2011 hizo su buena camba con esto último pero aún me falta para llegar a mis 25 con dignidad).

Pd: si se te pega mi maquina de escribir Remington y mi coche te lo agradecería bastante :)

Estimado señor 2011… GRACIAS TOTALES!