... Es probablemente uno de los actos de amor y fe más complejos que existan, pero perdonarse a uno mismo es desde mi humilde punto de vista, el perdón más difícil de otorgar.
Hoy por la mañana aún envuelta en una toalla me miré al espejo, así, sin maquillaje, con esas ojeras que por mas que intento ocultar siempre están ahí, me sonreí y descubrí lo bonita que me puedo ver por las mañanas y me pedí perdón, perdón por exigirme ser perfecta y lastimarme en el intento, por todas las cosas buenas que hice y no reconocí cosas que ahora ni siquiera recuerdo, perdón por no cuidarme y dejar que mucha gente me lastimara, perdón por ser más complaciente con el mundo que conmigo misma, perdón por olvidar a veces que soy lo único que va a estar conmigo siempre...
En este momento tengo unas ganas inmensas de abrazarme de decirme que me perdono, que me amo y que no va a volver a pasar, pero es mucho más complejo que eso, hoy solo puedo mirarme al espejo y decir que lo vamos a intentar, por mi....
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