lunes

Y tú...

... Me sientas en tus piernas y yo me abrazo a tu cuello como si no hubiera mañana, y es que en verdad por un momento no hubo mañana; porque mañana no ibas a estar ahí para abrazarme al despertar, porque mañana no habría besos indecentes en el coche, porque mañana tocaba volver a conformarme con tus fotos, porque sencillamente no me daba la gana que fuera mañana. Y por un momento me aferré a tu cuerpo con la esperanza de detener el tiempo o siendo más ambiciosa esperando que mi cuerpo se metiera en el tuyo y así no me tuviera que ir. Tanta gente, tanto ruido y ese instante se resumía en el olor de tu cuello y en esos otros cinco minutitos que le pedía con tanta devoción a la horrible voz que anunciaba mi salida... No hubo cinco minutitos y te solté y me di la vuelta procurando no volver la mirada a ti por ese terrible miedo de regresar y pedirte que no me dejaras ir.

Anoche por primera vez fui verdaderamente consciente de lo difícil que es vivir con el alma tan lejos del cuerpo...

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