jueves

Mi primera computadora con Internet...




... llegó a casa cuando tenía yo 13 años, recuerdo a la perfección aquellas noches de eternos pleitos con esa ruidosa conexión telefónica que no era del todo eficiente, las largas desveladas metida en una sala de latinchat y la felicidad que me originó el descubrir que con un copy-paste mi tarea de biología estaría resuelta. Hace poco más de 10 años de eso y mi computadora ocupa cables solo muy de vez en cuando, mis desveladas se han mudado a twitter y la felicidad que me origina google cada vez que me resuelve la vida (como cuando me dice cómo limpiar el filtro de un aire acondicionado) sigue sin tener precio.

El fin de semana pasado internet tomó un poco más de sentido para mi persona; hace algo más de un año en medio de un incidente bastante bizarro @valebria_elayas y yo nos conocimos por msn, esa noche cantamos, nos reímos, y descubrimos que teníamos más cosas en común que ese amigo que nos había “presentado”. Las conversaciones se hicieron más frecuentes y más cercanas, yo me volví su “nanis” ella se volvió “la vale”, nos rompieron el corazón, nos escuchamos llorar por teléfono, nos regañamos, nos enojamos y al final nos dimos cuenta que en verdad nosotras éramos eso que se llama AMIGAS. Este fin de semana por fin la tuve en frente y pude abrazarla, después de más de un año de confidencias pudimos compartir un café, una cerveza, la pasta de dientes y hasta la habitación del hotel. Esa tarde ahí sentadas en esa cafetería en Coyoacan pude comprobar que por más que fuera la primera vez que la tenía cerca ella era mi amiga en toda la extención de la palabra desde hace mucho tiempo atrás.

Mágicamente este fin de semana Valeria y su llegada al DF me hicieron creer en todos esos amigos que nunca he visto pero sé que están ahí, que son reales a pesar de la distancia, que les duele si me duele, que se alegran con mis logros, que les da gusto leerme sonreír; me hizo convencerme un poco más que haberme enamorado de un hombre tan lejano al que ni siquiera he tocado, no fue una locura. Este fin de semana al lado de mi amiga confirmé que la distancia puede dejar de ser un obstáculo para convertirse en un motivo.

martes

Hace algunos meses...

...publiqué un tuit que decía algo así como: "si tú te vieras como te veo yo, seguro te enamoras de ti"; el día de ayer revisando las fotos en mi celular descubrí que, él me gusta mucho, que a mí su par de ojos chiquitos y oscuros como los de media población mundial me parecen los más lindos que he visto en años, a mi su boca se me hace la más besable del planeta, a mi esa sonrisa tímida de todas las fotos me parece la más cálida que hay en el mundo. Yo no sé como lo vea el resto del mundo, yo no sé si en verdad su nariz es tan fea como él dice, yo lo único que sé es que es el mejor conversador que conozco, que odio cuando no me cree que le digo que es muy guapo, que me pongo celosa porque yo lo veo re' chulo... Yo solo sé que a pesar de que no es el más guapo del mundo para mi es más guapo que cualquiera.

Amor eterno

A eso de las 6 de la tarde estaba yo camino a casa cuando me llegó un correo electrónico de mi directora del coro, confirmándome una misa para el día viernes 30 de diciembre, una boda, los novios han pedido especialmente que al terminar la misa en lugar de la tradicional marcha nupcial, nos arranquemos cantando “Hasta mi final” de Il Divo, adjunta la pista en mp3 y a orejearla porque no tenemos partitura.

“Hoy te prometo amor eterno, ser para siempre tuyo en el bien y en el mal, hoy te demuestro cuanto te quiero amándote hasta mi final…”

Es exactamente lo que dice el coro, alguna vez la había ya escuchado con anterioridad pero nunca poniendo expresa atención a la letra como ahora, aún la escucho y se me pone la carne de gallina, mira que atreverse a prometer amor eterno. Cada sábado algo así como cuatro misas en casi todas las iglesias, de ellas casi la mitad bodas, cada sábado miles y miles de promesas de amor eterno, algunas de ellas serán rotas en algunos meses o años (y no estoy hablando precisamente de divorcios, uno puede dejar de amar a una persona y seguir casado con ella toda la vida), algunos otros (ciertamente los menos) serán los que logren cumplir su promesa y tendrán una vida llena de diferencias, pleitos, noches de espalda con espalda, pero también una vida llena de cariño, de mimos, de hombro con hombro, de noches acurrucadas, de besos antes de dormir y de café al despertar; y aunque las estadísticas no son muy optimistas al respecto, yo creo que gran parte de esa eternidad se decide ese día a los pies de Cristo (o del juez, o de quien sea que cobije su religión) que ambos deciden hacerse una promesa amor, bien dicen que un hombre vale lo que vale su palabra, y supongo que si cuando menos los dos están convencidos y deseosos de cumplir lo que prometen es un buen comienzo.

Si, lo acepto: mujer trabajadora, de pleno siglo XXI y que no le agrada que le paguen el camión, anhela el día en que con todo conocimiento de causa pueda plantarse en un altar frente al hombre que ama y hacer una promesa que pienso cumplir… ¿Cursi? SI Y MUCHO, y aunque el matrimonio no sea algo que figure muy próximo en mi existencia prometo prometer menos y cumplir más.

Por el momento yo no puedo prometerle amor eterno, yo sólo sé que hoy soy una mujer enamorada que quisiera poder figurar en su futuro, que quiero que él figure en mi presente, no sé si es el amor de mi vida, es más no sé ni siquiera con certeza si él quiere serlo, en realidad la única promesa que tengo es la de despertar mañana…

Pd: Dice Ismael Serrano que el amor es eterno mientras dura, ojalá haya eternidades de toda una vida.

domingo

Probablemente...


… el único gusto que tengamos en común sea la poesía de Benedetti, de ahí en fuera: él cree que mi música es aburrida, que uno de mis libros favoritos es de los peores que ha leído y el cine argentino le choca tanto como casi todo lo que tenga que ver con aquél país (excepto por los tangos); visto desde afuera parece una locura que esté yo tan involucrada con un hombre con quien tengo tan pocas cosas en común.
Innumerables son las relaciones que empiezan con un “¿te gusta esa rola? A mí me encanta” o un “también es mi película favorita”, muy al contrario de esto mis conversaciones a cerca de mis gustos con el sr. Del Tráiler azul (como llamaremos de ahora en adelante al objeto de mi afecto) terminan siempre en enardecidas discusiones donde yo tengo que defender como gata boca arriba los argumentos que sustenten que tal o cual cosa es buena antes que él encuentre el talón de Aquiles y los tire por los suelos, esas discusiones donde termino yo enojada porque me dice algo que no me gusta, o yo cediendo y dándole la razón o él cambiando el tema o yéndose a dormir. Será que eso es parte de aquello a lo que le llaman madurar, aceptar y aprender de la persona que tienes en frente pero… ¡momento! En este post no estamos poniendo en discusión mi grado de madurez, el punto aquí es ¿cómo se enamora uno de alguien tan distinto, de alguien que aparentemente es muy diferente a lo que pensabas sería “el hombre de tus sueños”? ahhh pues ahí está el punto, la palabra clave de hoy es APARENTEMENTE. Cómo decir que no tiene nada que ver con el hombre de mis sueños si es el sujeto más inteligente que conozco y lo admiro como he admirado a pocos en la vida, cómo decir que no tiene buen gusto musical si cada vez que oigo esa rola de intocable se me pone la piel de gallina, cómo decir que no es poeta si en estos últimos meses sin darse cuenta me ha llenado la vida de poesía. Digo claro tengo yo que tampoco soy precisamente la mujer de sus sueños, pero a mí me gusta pensar que él me quiere a pesar de que soy asquerosamente cursi, no sé bailar banda y no entiendo nada de beisbol.
Tal vez después de todo este post si se trate de mi grado de madurez, de cómo ha empezado a valerme un reverendo cacahuate si es escritor, músico, doctor o malabarista de circo, que de un tiempo a esta parte he descubierto que un hombre es lo que “es” por el amor que le pone a su trabajo, por la congruencia con que va viviendo su vida, por la honestidad que le inyecta a sus palabras, por el grado de compromiso con sus causas.
Para músicos me quedo con Aute y con Sabina, para poetas tengo a Benedetti y a Huerta…. 

lunes

Desde que tengo uso de razón...


...nunca he tenido problema alguno para socializar, extrañamente la gente suele pensar que soy "agradable" y no necesito hacer mucho para caerles bien, sin embargo a mi la idea de llegar a un lugar nuevo donde no conozco a nadie siempre me ha resultado por demás aterradora. Para mi los cambios de escuela siempre fueron un tormento, imagínense esa sensación de angustia que tenían el domingo anterior al primer día de clases y multipliquenla por mil, y ahí tienen: una nana toda temerosa, tímida, angustiada. Los cambios siempre me han resultado por demás difíciles, salir de mi zona de confort... "No gracias aquí estoy bien", pero a veces; a veces como hoy la zona de confort ya no resulta tan confortable, y si la ves fijamente se ha vuelto hasta incómoda.

Durante un poco más de 4 años le dedique tiempo, cariño y letras a un blog que me dio mucha cosa bonita: conocí gente maravillosa, recibí invitaciones para un par de publicaciones internacionales y fue el mejor cuaderno que he tenido en mi vida, sin embargo hoy tuve uno de esos días donde miras atrás, (cuatro años atrás para ser exactos) y el pasado es muy bonito ahí donde está, pero las ganas de caminar hacia adelante te piden cerrar una puerta, caminar por el pasillo y abrir otra. Sé bien que mi futuro no está en un blog, pero en lo que camino por el pasillo hacia la puerta nueva, me gustaría que me siguieras acompañando querido lector imaginario. La Nana, La Monstrua, podrían llamarme como quieran, esta que está aquí escribiendo no es más que una versión de Adriana, una de tantas versiones que he de tener en mi vida.

Oficialmente hoy me despido del hoyo (http://elhoyodelmonstruocomegente.blogspot.com/) y le digo Hola a mis vericuetos.