domingo

Lamentablemente


... no nací en cuna de oro, desde pequeña mis señores padres me enseñaron que hay cosas que sencillamente no puedes tener, como aquel microhornito cuya llegada sigo esperando después de  casi dieciocho años. Debo reconocer que me tomó cantidades estratosféricas de berrinches (por ende de nalgadas) entender que no basta con querer las cosas, que hay varios escenarios probables: “las quieres y puedes tenerlas”, “las quieres y debes merecerlas” y el más dramático de todos “las quieres, las mereces, pero con la pena, no puedes tenerlas”.

Hasta hace unos días me jactaba de haber aprendido esto (a la mala, por aquello de las nalgadas) y recibir con humildad lo que la vida (o mi sueldo) me permitían tener, y dejar pasar (algunas veces con mayor pesar que otras) lo que la vida (o mi sueldo) decidían que no era para mí; sin embargo hoy me descubro como una farsante, porque no acepto que no puedas estar a mi lado, no acepto que me digas que estás enamorado de mi y no pueda ser tu voz lo último que escuche antes de dormir,  no acepto que tengamos que conformarnos con ese “si te hubiera conocido antes”, no acepto la idea de que los planes se llenen de recuerdos; no acepto que aparecieras si no ibas a quedarte, con tu “lo mejor de dos mundos”, con tu mueca que nunca es completamente una sonrisa, con tu mirada triste, con tu voz cantante, con tus manos que embonaban perfectamente con las mías, con tus “te quiero” que siempre suenan a canción, con tus besos que siempre saben a promesa…

No acepto que no vayas a estar para mi ni mañana, ni pasado,  probablemente no estés nunca, no acepto que no llegaras a ser el próximo amor de mi vida, no acepto que no vayamos a bailar juntos “como dicen”, no lo acepto y sin embargo me resigno, no porque tenga claro que hay cosas que sencillamente uno no puede tener, no porque crea que no merezco tenerte haciéndome feliz todos los días… me resigno porque tú lo decidiste y esta vez mi “te quiero” más honesto, más profundo, más sonado, es sentarme a esperar a que esta vida pase y que con un poco de suerte en otra te encuentre a tiempo…

PD:

La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve

no me sirve tan mansa
la esperanza

la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve

no me sirve tan sabia
tanta rabia

el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve

no me sirve tan bueno
tanto trueno

el coraje tan docil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve

no me sirve tan fría
la osadía

si me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazon alerta
si me sirve

me sirve cuando avanza
la confianza

me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
si me sirve

me sirve la medida
de tu vida

me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve

me sirve tu batalla
sin medalla

me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
si me sirve

me sirve tu sendero
compañero.


Mario Benedetti

5 comentarios:

  1. Mi querida amiga, siempre es un gusto leerte e identificarme con alguno de tus textos. Te mando un abrazote!

    p.d. no me dejes tirado en las banquetas.

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  2. Nana, dónde estás? Se te extraña.

    Sinceramente.

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  3. Un texto genial. Me ha emocionado. Volveré.
    Beso

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  4. es bueno reconocerse, aun en el lamento

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  5. la promesa rota.

    Si hemos de caminar, aprendamos a tropezar, a levantarse y correr.
    No olvides que los tiempos de ausencia generan mayor presencia en el espejo, quiza mirate como vos sos, aprende a nunca dejar de observar tu reflejo, camina siempre libre, si los besos saben a promesas, que tus recuerdos de vuelquen en contra, que sean mas pacificadores, que te lleven a no romper en silencio, analiza, escribe, pero no añores... mas una promesa rota...

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